Patriarcado, Clase y el Fallo de lo Queer.

Un análisis de clase del fenómeno queer. Explica muy bien la diferencia insalvable entre un movimiento individualista como aquel y un movimiento colectivo como el feminismo. Es también una conversación que se dio en una página de izquierda en inglés (las citas en cursiva son comentarios de otras personas).

Comentario a propósito de un post que decía, más o menos, «ningún cuerpo es incorrecto, no dejes que ideas cisnormativas invaliden tu identidad«.

Sí hay una forma incorrecta de tener un cuerpo en nuestra sociedad actual: tener un cuerpo considerado políticamente inferior; un cuerpo al que es justo abusar, violar y someter a otros tipos de extracción de recursos, como trabajos extenuantes o embarazos forzados.

El patriarcado es la extracción sistemática de recursos de las mujeres, como clase de personas, basada en su anatomía. Tal como el racismo es la extracción sistemática de recursos de las etnias «no-blancas», basada en su origen étnico y color de piel.

La identidad interna es irrelevante de cara a cualquier jerarquía material de extracción de recursos. Si te organizas en contra de esa estructura fundándote en la identidad, dicha organización no será efectiva, ya que será incapaz de percibir la jerarquía de clase que está tratando de ofuscar. Lo que está bien -si eres liberal y estás en contra de que individuos lastimen a otros individuos; pero dicha estrategia no sirve si tu objetivo es abolir los sistemas de opresión, como el de la propiedad, el racismo o el patriarcado.

Réplica de un internauta pro-queer:No puedes reducir la opresión patriarcal a la anatomía, es una afirmación reductiva, e ignora la realidad material de las personas trans femeninas violentadas bajo el patriarcado”.

La función social del patriarcado -por más de 10.000 años ininterrumpidos de tortura y abuso- ha sido privilegiar a los hombres como clase, brindándoles acceso y control sobre los cuerpos, las vidas y las comunidades de las mujeres como clase. Esto asegura a la clase hombres la habilidad de controlar la reproducción, y a la sociedad, la habilidad de gestar tantos trabajadores y soldados como necesite.

La violencia que, sin lugar a dudas, es cometida en contra de los individuos que se identifican como trans, es ejercida en orden a que se mantenga la adherencia a la construcción social llamada Género. Si las personas no se ajustan al género que les fue prescrito, el Patriarcado ha enseñado a sus adherentes a que cometan violencia en contra de las personas que no se conforman al género, pues la jerarquía binaria que es el Género ha de ser preservada en orden a mantener a los hombres, armados culturalmente, apuntando a las mujeres, y preservar la base de la extracción de recursos; la cultura de la violación.

El problema de analizar la violencia que las personas trans soportan como si fuera un axis separado de jerarquía opresiva (cis/trans), es doble:

  1. No explica qué es lo que la clase «cis» extrae de la clase «trans» en orden a privilegiarse. Mientras que todas las demás jerarquías opresivas existen en atención a cumplir una función material, existen por una razón, para lograr algún tipo de ganancia para una clase u otra.
  2. No considera el hecho de que, sin importar cómo se comporten las mujeres (sea que se ajusten o no al Género prescrito), aún así son objeto de abusos, violaciones y embarazos forzados. Esto es así porque uno no puede comportarse o identificarse fuera de la clase a la que pertenece.

 

Al hacer eso, esta construcción elucubrada por los teóricos queer posmodernos, torna invisible el fundamento de la opresión bajo el Patriarcado; califica de privilegio el ser visto («pasar», «ser leído») como del género que se nos ha prescrito, aun cuando ese género, si eres mujer, es una construcción que existe total y completamente para marcar tu sexo como blanco de abuso y tortura.

Un análisis basado en la clase -un análisis material y radical del Patriarcado- sí puede explicar la violencia dirigida a las personas trans y puede dar cuenta de quién se beneficia de esa violencia y por qué ocurre, de una forma históricamente verificable e internamente coherente. La teoría queer postmoderna no puede hacer nada de eso. Cuando no es por completo internamente incoherente (la mitad de sus proponentes se enfocan en la dísmorfia, y la otra mitad en la libertad de expresión de género/presentación), es extremadamente individualista y no puede ofrecer una explicación material para la violencia, más allá de que existe “intolerancia” hacia las personas trans – o sea, su respuesta, es que la “gente es mala”.

Así, todo lo que logra es ocultar lo que realmente está pasando y borra la opresión material de las mujeres como clase. De pronto, 10.000 años de atrocidades se vuelven carentes de sentido, porque ya no puedes referirte al macho y a la hembra humanos como clase, ni a lo que se extrae de las mujeres. Esto es misoginia -y es la misma campaña de individualismo liberal que se vio en los 70, durante las llamadas guerras del porno.

Otra réplica de un partidario pro-queer: “Pero si te das el tiempo de mirar las tasas de violación, violencia racista y extracción sistemática de recursos (cosas que ya has mencionado) sufridas por las mujerestrans de color y sus comunidades, te darás cuenta de que no hay nada de radical en excluir a la personas trans femeninas del feminismo y del desmantelamiento de la violencia patriarcal”

No hay ningún requisito radical de excluir a nadie de nada. El requisito radical es solamente que el análisis se centre en la raíz de la opresión; dicha raíz no es odio arbitrario sin fundamento en contra de la «feminidad» ( que por cierto, fue creada y aplicada a la fuerza a las mujeres en orden a lograr sumisión); la raíz es el uso y abuso sistemático del sexo de las hembras humanas: mujeres.



No es el hecho de que una persona no se ajuste al género prescrito por el patriarcado lo que hace que estén equivocadas -eso es bueno, el género es una caja, un arma y propaganda sin sentido. Lo que hace que estén equivocados es la teoría queer.

Una tercera réplica: “Dices ser materialista más que ‘idealista’, pero pareces atrapado en un ‘proyecto ideológico’, en vez de reconocer que este es el mundo en que vivimos (un mundo donde el género es complejo y en el cual las personas trans han existido a lo largo del tiempo y las culturas)”

El género es complejo porque es un sistema de propaganda ideológica en continua evolución, construido por el patriarcado para naturalizar su jerarquía de abusiva extracción de recursos, e impuesto a los individuos en orden a separarlos y categorizarlos para educarlos dentro del creciente sistema: para convertir a los hombres en armas y subyugar a las mujeres.

Por otra parte, estás confundiendo el fenómeno en que la gente no se conforma con el género prescrito, con el fenómeno trans.

Como analogía: las personas siempre han tenido sexo con una variedad de diferentes tipos de compañeros sexuales, vale decir, han practicado sexo heteroerótico y homoerótico; pero la homosexualidad como institución, como forma de vivir y existir, surgió como respuesta a que el patriarcado occidental impusiera la institución de la heterosexualidad a mediados de la Era Industrial. Por ejemplo, en la antigua Atenas había mucho homoeroticismo, pero no existía la homosexualidad (ni tampoco la heterosexualidad), ya que esas formas de ser, no eran legibles.

Como ves, no todos los fenómenos concernientes a la desobediencia del género prescrito son histórica, estructural, ni funcionalmente idénticos al fenómeno trans -fenómeno que es una respuesta cultural a la teoría queer envolviendo los roles de género patriarcales en un nuevo paquete: en vez de el rol social forzado que es, se vende como una decisión empoderante que los individuos consumen.

Siempre han existido individuos que no pudieron o no quisieron ajustarse al Género. Y con razón; el Género es horrendo. Mi sugerencia es que, simplemente, debemos abolirlo.

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Por Normy Wolf

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